TORRENT DES LLI


19 mayo 2012   sábado

TORRENT DES LLI
Valldemossa

Cómo se puede pasar de la armonía y paz a exasperar a uno en cuestión de décimas de segundos. La conducta de unos guías de empresa de aventura casi pudo acabar en tragedia.
El Torrent des Lli, no es un torrente complicado estando seco, ya con agua, es otro cantar, ello es debido a su gran salto de 54 metros. Sólo el peso de las cuerdas ya dificulta el descenso, con agua se complicaría más la cosa. Hoy decidimos realizar éste torrente, por su magnífica vista al puerto de Valldemossa y por su espectacular salto.  Aquí estamos tempranito, combinación de vehículos y una vez listos descendemos al cauce del torrente, muy pronto empezamos con los saltos más cortos. Bueno para los más novatos en estas lides. Provistos de unos walki-talkies nos vamos comunicando, eso se agradece sobre todo en los saltos más largos, donde los gritos o el silbato no pueden sustituir preguntas o dudas a tanta distancia unos de otros.

Disfrutamos de la naturaleza agreste a nuestro alrededor, no tenemos prisa, es corto de realizar, así que los novat@s no tienen presión. Todo muy divertido y sin incidentes.
Al llegar al salto de 54 metros. Josemi, Rafa, Edi y Rafaelo, se encargan de la instalación. Bajarán los primeros, yo me quedo en la cabecera recibiendo uno a uno al resto del equipo, que está en el salto anterior, de unos 12m. Gracias a los walki-talkies nos comunicamos. No a mucho, aparecen dos sujetos a toda prisa, como nerviosos, al grupo de arriba les piden paso, llegan a mi, que estoy con Erika, no muy ducha en barranquismo, y con la impresión que da el patio, nos lo tomamos con más tranquilidad, así baje más relajada. Éstos,sin decir ni “mu”, lo primero, falta de  educación, montan sus cuerdas a mi espalda, en el mismo anclaje y lanzan las cuerdas sin más. Conclusión; el tirón de las mismas me empujan al vacío, gracias a que estoy anclado y ya miraba a susodicho sujeto, me libro de un mal mayor o menor.
-Es que tus compañeros de arriba nos han dicho que podemos pasar.
 -Sí, ahí arriba donde están ellos. Aquí estoy yo con la chica y has llegado corriendo, no nos dices nada y encima haces la instalación detrás de mí. ¡¿Qué es para tirarnos al vacío o qué!?. ¿Así no se hacen las cosas?. Irresponsable
Cómo es lógico, mi cabreo es mayúsculo y les saco en cara su comportamiento.  
Josemi desde abajo me comunica que quién ha tirado esas cuerdas, que las han liado con las nuestras, tendrá que bajar uno de ellos y desliarlas.
-Es lo que quería hacer, tranquilo. Me dice uno de ellos.
-¡Eh, no quiero saber nada! ¿No son formas de hacer las cosas, joder!
No dejo que termine sus frases. Me cabrea tanta inconsciencia y sobre todo viniendo de guías de aventura.
Tengo a Erika algo nerviosa, y me imagino que con el cabreo que he cogido algo más. Quiere que pasen y ella esperar. –No, hubieran empezado antes, aquí no hay sitio para todos.
-Baja, deslía las putas cuerdas y luego seguimos nosotros. Le digo al chaval.
Baja rápido y esta su tiempo para desliarlas.
Su compañero, está a mi lado. Una vez abajo Erika, se acerca Adolfo, por lo visto los conoce. En eso le pregunto si son de alguna empresa de Aventura. –Sí, me dice. A eso que asiento, afirmando que me lo imaginaba. Llevan a dos chicas inexpertas.
Entonces, me pregunto. ¿Porqué carajo los guías (algunos) tienen tanta prisa y tratan como ganado a los clientes? Ya me he encontrado en ésta situación otras ocasiones. ¿Porqué pasan por encima de otros, sin respetar la seguridad de sus clientes y ajenos? La respuesta, que oigo más a menudo es: Cuanto antes terminan, antes llegan a casa. Si eso es así, ahora comprendo, la mala fama de algunas empresas en este sector.
En fin, van bajando uno tras otro, Adolfo, Javier, Pilar, Félix. De último yo, retiro la cuerda del salto anterior dónde esperaban su turno y luego me tomo el gustarro de bajar esos 54 metros rapidito.
Todos abajo, picoteo y comentamos el incidente. Seguimos descendiendo los pocos saltos que quedan. El desvío a la carretera es muy fácil de ver. Un gran bloque plantado en el mismo lecho del torrente, con unas fitas encima de ellas, nos indica que hemos de tirar a la derecha, por un sendero pronunciado, saliendo a la carretera.
Cómo es temprano, paramos a tomar un refrigerio en Valldemossa, y con una ensaimada de cabello de ángel que traje nos ponemos a la cháchara. Una vez saciados, volvemos a casa más animados, a la espera de una nueva aventura.

Datos de internes:
        Material:    2 cuerdas de 60m
                         1 cuerda de 40 m para los saltos cortos (optativo)

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